21 feb 2008

Evangelio de hoy

Lucas 16,19-31

En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos:

- 19 Había un hombre rico que se vestía de púrpura y de lino y banqueteaba espléndidamente cada día.

20 Y un mendigo, llamado Lázaro, estaba echado en su portal, cubierto de llagas, 21 y con ganas de saciarse de lo que tiraban de la mesa del rico, pero nadie se lo daba.

Y hasta los perros se le acercaban a lamerle las llagas. 22 Sucedió que se murió el mendigo y los ángeles lo llevaron al seno de Abrahán.

Se murió también el rico y lo enterraron. 23 Y estando en el infierno, en medio de los tormentos, levantando los ojos, vio de lejos a Abrahán y a Lázaro en su seno 24 y gritó:

"Padre Abrahán, ten piedad de mí y manda a Lázaro que moje en agua la punta del dedo y me refresque la lengua, porque me torturan estas llamas".

25 Pero Abrahán le contestó:

"Hijo, recuerda que recibiste tus bienes en vida y Lázaro, a su vez, males; por eso encuentra aquí consuelo, mientras que tú padeces.

26 Y además, entre nosotros y vosotros se abre un abismo inmenso, para que no puedan cruzar, aunque quieran, desde aquí hacia vosotros, ni puedan pasar de ahí hasta nosotros".

27 El rico insistió:

"Te ruego, entonces, padre, que mandes a Lázaro a casa de mi padre, 28 porque tengo cinco hermanos para que, con su testimonio, eviten que vengan también ellos a este lugar de tormento".

29 Abrahán le dice:

"Tienen a Moisés y a los profetas: que los escuchen".

30 El rico contestó:

"No, padre Abrahán. Pero, si un muerto va a verlos, se arrepentirán".

31 Abrahán le dijo:

"Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no harán caso aunque resucite un muerto".

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